miércoles, 14 de abril de 2010

LESIONES A LOS TEJIDOS BLANDOS

PRIMEROS AUXILIOS:
Continuando con el tema de la edición pasada abordaremos las lesiones a los tejidos blandos abiertas, (LTB ABIERTAS)
Tenemos cuatro tipos de heridas abiertas, estas presentan distintos niveles de gravedad. Las comentamos.
ABRASION: esta se caracteriza por la pérdida de una porción de la piel como consecuencia de una raspadura de la piel a través de una superficie dura o rugosa seguramente casi todos la hemos padecido.
LACERACIONES: es un corte producido por un objeto filoso, de acuerdo a la extensión de la lesión será su nivel de gravedad.
AVULSION: es una lesión en la cual un pedazo de la piel es desgarrada totalmente perdiendo todo punto de inserción o quedando unida en algún extremo.
PUNZANTES: producida por un cuchillo, pico o cualquier elemento punzante o por una bala, las hemorragias externas de estás no son normalmente severas porque el ingreso es pequeño, pero no podemos evaluar el daño que hizo a estructuras profundas que inclusive pueden causar hemorragias severas y la muerte. Pueden tener orificios de salida, a las que se le llaman PERFORANTE siempre debemos estar atentos a heridas salientes.

¿COMO DEBEMOS TRATARLAS?
Para esto debemos ya empezar a manejar algunas técnicas, debemos conocer como se debe controlar una hemorragia, como hacemos para prevenir que esta herida se siga contaminando y como inmovilizamos la parte afectada. Es común escuchar en casa que ante cualquier herida lo primero que hacemos es desinfectar la herida, debemos asumir que una ves que se daña la protección de la piel, todas las heridas están contaminadas, es imposible esterilizar una herida en el área prehospitalaria, pero si podemos prevenir otras contaminaciones aplicando un vendaje estéril y seco, el objetivo es evitar una segunda infección, la inmovilización y estabilización de la parte aliviará el dolor y facilitará el transporte del paciente.
MANEJO DE AVULSIONES:
Desdoblar el desprendimiento de la piel otra vez hacia la herida tratando de alinearla normalmente y colocar un vendaje compresivo, estéril y seco. Si ésta es completa, se ha producido una amputación, esta parte debe ser trasladada junto con el paciente para intentar un reimplante de los tejidos desprendidos, el segmento amputado se debe envolver en una gasa estéril, colocarlo dentro de una bolsa plástica y ubicarlo en un contenedor frío evitando que los tejidos se congelen.-
MANEJO DE OBJETO QUE A QUEDADO EN EL CUERPO DE LA VICTIMA:
a.- NO MOVER, NI RETIRAR EL OBJETO.
b.- USAR VENDAJE EN HACHE (OCLUSIVO) PARA ESTABILIZAR EL OBJETO
c.- TRANSPORTAR AL PACIENTE CON EL OBJETO EN SU LUGAR.

HEMORRAGIAS:
La severidad de una hemorragia depende de la cantidad de sangre que se perdió, con la rapidez que se perdió y cuanto hace que comenzó la hemorragia.
El volumen de sangre que una persona posee es de aproximadamente un 7% de su peso corporal, una persona de unos 80 kgs. posee aproximadamente 5 ½ lts. de sangre, debemos considerar que a una persona la pérdida de un 15% de su fluido sanguíneo le ocasiona un estado de shock, con el mismo ejemplo anterior esto ocurre con la pérdida de menos de un litro de sangre, pero si la pérdida es de un 30% (2 litros) o más el resultado es un grave estado de shock.
Teniendo en cuenta la relación peso-litros, debemos extremar cuidados en los niños donde la cantidad de sangre es pequeña y cualquier hemorragia puede ser peligrosa (10 kg. = 700 ml. de sangre)
La primera norma del manejo de LTB es el control de hemorragias, podemos encontrar hemorragias internas, estas usualmente no son visibles y pueden ser muy serias, la evidencia mas común de que estamos en presencia de una hemorragia interna es una contusión, (el común machucón), es poco lo que podemos hacer ya que usualmente la solución se encuentra con una intervención quirúrgica, por lo que no debemos perder tiempo y recurrir urgentemente al centro asistencial.
Las hemorragias externas son visibles y las clasificamos de acuerdo a la fuente de procedencia en CAPILARES, VENOSAS y ARTERIALES
Las capilares normalmente no presentan riesgos ya que provienen de lesiones superficiales.
Las venosas llevan sangre de los órganos hacia el corazón, al tener una menor presión sanguínea son mas fáciles de controlar e inclusive puede cesar por mecanismos propios.
La arterial conduce sangre desde el corazón hacia los órganos y el resto del cuerpo, sale en forma intermitente y abundante, coincidiendo con el bombeo del corazón, este bombeo hace los mecanismos propios de nuestro organismo puedan controlar la hemorragia, lo que hará que tengamos que controlarlas manualmente.
Los métodos principales en el control de hemorragias externas son:
a.- PRESION DIRECTA
b.- PRESION INDIRECTA (PUNTO DE PRESIÓN SOBRE LAS ARTERIAS)
c.- TORNIQUETE
a.- La presión directa se realiza colocando una gasa esterilizada sobre la herida y presionar firmemente con manos o dedos, si logramos controlar la hemorragia aplicar lo mas rápidamente posible un vendaje compresivo, el vendaje debe ser realizado desde arriba de la herida hacia abajo.
Si no logramos controlar la hemorragia con esta maniobra, debemos sospechar que un gran vaso sanguíneo a sido dañado, usamos el control de punto de presión, que es la aplicación de la compresión sobre la arteria lesionada, los puntos que debemos encontrar son el FEMORAL (pierna), el BRAQUIAL (brazo) y el CAROTIDEO (cuello), la compresión debe ser lo suficientemente firme como para comprimir la arteria contra el hueso. Para realizar esta maniobra debemos saber reconocer donde encontramos pulsos, precisamente ese es el lugar por donde pasa una arteria.
Solamente como último recurso consideramos la utilización de un torniquete, este aprieta todos los tejidos que están debajo de él, lo que puede causar daño permanente a los nervios y vasos sanguíneos. Esta maniobra la conocemos todos, para muchos la forma correcta de controlar una hemorragia pero tenemos que ser conscientes de que posteriormente haya que amputar un miembro, aunque en estos casos la vida adquiere relevancia sobre el miembro.
Para su aplicación debemos usar un material ancho, chato, resistente, colocarlo en un sitio proximal a la herida, pero lo más distal que sea posible en el brazo o muslo, ajustarlo hasta que haya cedido la hemorragia no aflojarlo ni sacarlo.


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